Aumenta el auge del Bitcoin en Venezuela
Hablar de una moneda virtual hace unos años hubiese parecido tema para una novela de Asimov, pero el futuro generalmente nos sorprende, y siete años después de la creación de bitcoin, el dinero encriptado es ya un fenómeno global. Desde sus inicios, esta forma de pago estuvo rodeada de controversia. A ciencia cierta, de su creador (o creadores) solo conocíamos un seudónimo, Satoshi Nakamoto, y para aumentar su carácter sombrío la moneda se fue convirtiendo en la forma de pago preferida por hackers, personas blanqueando dinero o en sitios web de mercado negro como Silk Road. Hoy en día su aceptación ha ido variando y grandes instituciones financieras, inversionistas y académicos comienzan a promover y estudiar su innovadora tecnología.
Para muchos usuarios el bitcoin es aun una inversión especulativa y de alto riesgo, pero en economías restringidas, el uso de dinero virtual tiene un sentido muy distinto. En países como Venezuela, con una acelerada devaluación de su moneda, bitcoin más que una opción se convierte en una necesidad. “Actualmente existen más de 100.000 usuarios activos en Venezuela y cada mes recibimos un promedio de 6000 suscripciones nuevas”-me explica Rodrigo Souza, creador de la plataforma Blinktrade donde opera SurBitcoin, el primer mercado venezolano para la criptodivisa.
¿QUÉ ES EXACTAMENTE BITCOIN?
Bitcoin es una moneda digital, descentralizada y de código libre (dominio público). Esto quiere decir que no está regulada por ninguna persona, banco o gobierno. No se imprime en billetes ni se intercambia en monedas metálicas. El bitcoin tampoco está respaldado por ningún bien físico, como los metales preciosos. Su valor, que actualmente rodea los $700 por 1BTC está determinado por la oferta y demanda en el mercado. Básicamente es un programa de computadora basado en diversas técnicas criptográficas, son cifras en una base de datos que se intercambian y manejan por los mismos usuarios en una red colectiva de peer-to-peer.
Esta red colectiva conocida como bloques o “blockchain” va registrando en el sistema la autenticidad de las transacciones realizadas. Los usuarios que se dedican a validar estas transacciones son conocidos como ‘mineros’ porque deben resolver complejos problemas matemáticos para que su trabajo sea recompensado por el protocolo y se puedan emitir nuevos bitcoins.
¿A QUE SE DEBE SU AUGE EN VENEZUELA?
Los sistemas de control de cambio que existen en Venezuela, la constante devaluación del bolívar, la inflación y el control de precio sobre los productos regulados han llevado a los venezolanos a buscar nuevas alternativas para proteger sus ahorros y generar divisas. Por medio de SurBitcoin los venezolanos tienen la posibilidad de cambiar sus bolívares a bitcoins, al margen de las regulaciones del gobierno. “En estos momentos, si no tienes bitcoin en Venezuela estás sujeto a estafas y a muchos peligros para conseguir dólares en el mercado negro”–asegura el creador de BlinkTrade. A pesar de que el bitcoin tiene una alta volatilidad en su valor, para sus usuarios venezolanos es considerada una alternativa más segura que el bolívar – me explica un minero venezolano que opera desde Venezuela y prefirió mantenerse anónimo.
Rodrigo Souza por su parte, estima que la mayoría de sus usuarios son personas que no llegan a tener más de $250 en una cuenta de banco y prefieren cambiar sus bolívares a bitcoin en pequeñas cantidades pero de forma consistente. Incluso muchos venezolanos expatriados han comenzado a utilizar bitcoin para enviarle remesas a sus familiares. “Mientras el gobierno controla tu dinero, controla tu vida. Al dar este servicio, estamos ayudando al pueblo de Venezuela, como no existe otra manera de ayudarlos” –comenta Souza, cofundador de Blinktrade y SurBitcoin.
Por otro lado, la comunidad de ‘mineros’ de bitcoin en Venezuela es de las más activas en Latinoamérica. Esto responde a una razón fundamental: para los ‘mineros’ operar y resolver estos algoritmos matemáticos, necesitan utilizar equipos trabajando a alto rendimiento y que por tanto consumen mucha energía. Debido a que en Venezuela el costo de la electricidad es muy bajo y que el salario mínimo oscila por los $25 al mes, la minería de bitcoin se vuelve una alternativa rentable. No es casualidad además que cada vez más venezolanos con estudios informáticos trabajen freelance en sitios web como XBTfreelancer donde son remunerados con bitcoin.
NO TODO ES COLOR DE ROSA
Para sus críticos el bitcoin se encuentra en una burbuja y otro de los peligros es la vulnerabilidad de algunas plataformas ante ataques de piratas cibernéticos.
En contraste, en Venezuela el mayor peligro a largo plazo podría ser la injerencia del gobierno. Aunque regularlo por completo actualmente sería muy difícil para las autoridades, bien podrían empujarlo a un uso más underground.
En marzo de este año varios sitios web reportaron que el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) había desmantelado a un grupo de ‘mineros’ de bitcoin en la ciudad de Valencia. Aparentemente habían sido descubiertos por el alto consumo de energía eléctrica, pero “hasta el momento el gobierno venezolano ha mantenido un silencio legal y regulatorio que ha propiciado una situación de “legalidad” derivada de la ausencia de prohibiciones –me explicaba un prominente académico venezolano que prefirió guardar su identidad para evitar problemas con el gobierno de Maduro. A pesar de esta legalidad, en un país con una alta corrupción no es de asombrarse si la policía intenta sobornar a usuarios de bitcoin con alto movimiento para fingir que ‘nunca vieron nada’.
La polémica sobre la regulación del bitcoin para evitar el lavado de dinero y su uso por redes terroristas se ha reabierto en muchas partes del mundo. Esto podría ser el fin del anonimato de estos intercambios y la creación de una base centralizada de usuarios de bitcoin.
En un país como Venezuela, donde se ha perdido la confianza en el sistema fiduciario, es esta cualidad descentralizada la que convierte el intercambio de bitcoin en un fenómeno de gran utilidad y de algún modo en un acto de rebelión hacia un sistema económico como mínimo fracasado.
A pesar de ser todavía un mercado incipiente, según expertos, mientras que la crisis económica se agudice y la represión financiera aumente, será lógico evidenciar el crecimiento y la masificación de bitcoin como medio de pago, como forma de protección patrimonial y como medio de subsistencia para los venezolanos.
Para los que como yo, las medidas económicas que ha implementado Maduro, nos parecen simplemente ‘maburradas’, solo podemos desear que el intercambio de bitcoin en Venezuela se mantenga encriptado, sobre todo de su cuestionable ‘capacidad intelectual’.